Son muchas y diversas las experiencias que acontecen en cada parto, con sus consecuentes repercusiones en los procesos del postparto.
Cada mujer un mundo.
Desde intervenciones medicalizadas, a cicatrices, a partos de larga duración, sufrimiento fetal, sufrimiento maternal, incluso proyecciones de ideas del cómo del parto que se desvanecen y provocan frustraciones y rechazo, hasta un sinfín de acontecimientos durante el postparto (lactancia, no descanso, estrés, falta de tiempo…) que nos impiden después conciliar los ENCUENTROS con nuestra PAREJA.
Salir de la idea de la OBLIGATORIEDAD y poder viajar a través de los deseos en todas sus versiones, nos permite estar y ser, cuidándonos y cuidando la relación.
Dejar de ir donde tal vez queremos ir (besos, caricias, abrazos, ternura, piel….) por no ir donde no queremos/podemos ir (penetración), es la situación más común y la menos gratificante, pues genera dudas, inseguridades, líos en la pareja que dificultan la manifestación sensata de los deseos y la situación actual se experimenta con numerosas dificultades.
Comunicarse y verbalizar con la pareja los deseos, límites, y formas/opciones para gestionar el juego, desde la nueva situación, facilita que los encuentros se den y los vínculos sigan reforzándose.